Para que un árbol resista el paso del tiempo, es decir, para que lo puedan disfrutar las generaciones venideras, se deben cumplir una serie de condiciones previas.
Para empezar, hay que elegir un árbol de calidad. Un árbol que haya sido transplantado con regularidad, que haya podido desarrollar un sistema de raíces sano y que tenga una corona bien formada que haya sido podada y vigilada de forma competente.
Elija un árbol que haya sido cultivado de forma sostenible. Se trata al fin y al cabo de un legado verde. Además los árboles cultivados de forma sostenible resisten mejor las influencias externas porque han desarrollado una resistencia natural mayor contra las enfermedades y plagas.
Opte por un árbol que responda bien al entorno en el que se vaya a plantar. Piense no solo en el tipo de tierra pero también en factores como el viento, las heladas, el pavimento, la humedad. En “Van den Berk y los Árboles” podrá leer más al respecto.
Elija una especie que tenga potencial para alcanzar la edad madura. Por lo general, se trata de las especies que crecen más despacio. Estas tienen las células más pequeñas que se endurecen mejor. El corazón del árbol se vuelve más fuerte y resistente.
Cuando el lugar de plantación va a estar influenciado por los efectos del cambio climático, elija una especie de la que se prevea que podrá sobrevivir a estos efectos.
Coloque el árbol en un lugar en el que tenga suficiente espacio tanto por encima como por debajo del suelo. Tenga en cuenta que un árbol del mayor tamaño, necesita aproximadamente un m3 anual para crecer por debajo del suelo.
Procure que el árbol sea plantado por un experto. El lugar debe evaluarse previamente y la tierra mejorarse de ser necesario. Los árboles deben anclarse de forma correcta.
Es importante que los primeros años se vigile el crecimiento y poda correctos de la corona para que esta crezca de forma bien equilibrada. Si se escoge un árbol más crecido, se puede evitar este proceso porque la corona final ya se ha formado en el vivero.
Además de todo esto, muchos son los factores sobre los que, por supuesto, no tenemos ninguna influencia pero siguiendo estos consejos creará, en todo caso, las condiciones idóneas para obtener un futuro verde.
Los efectos del cambio climático para los árboles:
A. Radiación solar más intensa
B. Periodos de sequía más prolongados
C. Grandes picos en las precipitaciones
D. Fluctuación del nivel de aguas freáticas
E. Aparición de enfermedades y plagas