Los jardines en techos y azoteas son populares. Los habitantes de las ciudades han aprovechado siempre las posibilidades que ofrecen estos lugares, pero durante los últimos años también se da cada vez más esta tendencia en empresas y edificios públicos. Sobre todo cuando se trata de espacios vacíos urbanos se opta, a menudo, por combinar diferentes usos. Por ejemplo, los techos de los aparcamientos se convierten en jardines con terrazas donde los trabajadores pueden almorzar. De este modo, el espacio se utiliza al máximo y, al mismo tiempo, se dota a la zona de un área verde tan necesaria.

Criterios del Ginkel Groep

Razón de más para hablar con los expertos en este tipo de jardines. Preguntamos a Bertus van den Dikkenberg y a Walter van de Werken de la empresa Koninklijke Ginkel Groep qué criterios debe cumplir un árbol para poder ser plantado en un techo o azotea. “El punto de partida es la carga que puede soportar la superficie. Este es el factor más importante y decisivo. Si no se trata de obra nueva, sino de un techo o azotea que ya estaba ahí, se deberán adaptar los planes a la carga que pueda soportar. En una obra nueva suele haber más posibilidades porque durante la construcción se puede tener en cuenta la posición que van a tener los árboles en el techo o azotea. Cuanto mayor sea la capacidad de carga, mayores serán los árboles que se pueden plantar. Hay que partir del peso que alcance el árbol cuando se logre la imagen final que se pretende. A partir de una capacidad de carga de 1000 kg/m2 , es posible plantar árboles (pequeños)” – dice Bertus van den Dikkenberg.

Espacio para las raíces

Existen diferentes especies para estas superficies. Se dividen en las categorías extensiva (sedum), semi-intensiva e intensiva. En esta última categoría, la más pesada además, se encuentran los árboles, junto a las especias y lo arbustos. A veces también es posible combinar en estos jardines las categorías extensiva e intensiva. De este modo, a veces es posible colocar debajo del techo un árbol en vez de una columna, mientras que el resto de la superficie puede destinarse exclusivamente a esteras de sedum. Walter van de Werken: “En un caso así, sí que te enfrentas a una diferencia de nivel en el jardín. Las alfombras de sedum suelen tener suficiente con un sustrato de un par de centímetros, mientras que los árboles deben contar con un mínimo de 70-80 cm de espacio para las raíces. En esta situación, se podría plantar el árbol en una elevación o en una jardinera.”